Enlace Judío México e Israel – El gobierno israelí aprobó este domingo imponer un toque de queda nocturno en 40 localidades “rojas” a lo largo de Israel con altos niveles de contagio de coronavirus, con el fin de tratar de detener la propagación de la epidemia.

La decisión, tomada luego de un conflicto que estalló entre el gobierno y los políticos ultraortodoxos, fue una diferente a la propuesta inicial elaborada hace días: un confinamiento general en las localidades “rojas”, la mayoría, de población árabe y ultraortodoxa.

Según comunicó la Oficina del Primer Ministro de Israel, el comité ministerial decidió, bajo recomendación de expertos en materia sanitaria, imponer un toque de queda nocturno de manera uniforme en todas las 40 localidades, que serán definidas de forma oficial mañana.

Esto implicará un cierre de los negocios no esenciales entre las 7 p. m. y las 5 a. m. del día siguiente, así como una restricción de movimiento para sus residentes de hasta 500 metros desde sus hogares, salvo para salir con motivo de una actividad esencial, según el sitio Walla! News.

El sistema educativo permanecerá además cerrado en las localidades, en donde también se aplicarán los límites de congregaciones conforme al sistema de semáforo epidemiológico diseñado por el comisionado contra COVID-19 del gobierno, Ronni Gamzu.

En dichas localidades “rojas”, se permitirá a partir de este lunes una congregación con un máximo de hasta 20 personas en un área abierta y 10 en un área cerrada. La lista de localidades, inicialmente de 23 a principios de semana, se incrementó a 40 en las últimas horas.

“Sé que estas restricciones no son fáciles, pero ante la situación actual son inevitables”, dijo Benjamín Netanyahu en un mensaje con motivo del anuncio de las restricciones.

Netanyahu afirmó que la tasa de mortalidad por COVID-19 en Israel sigue siendo baja y el número de pacientes graves es estable, pero que los expertos sanitarios advierten que en cualquier momento la tendencia podría cambiar y llevar a un potencial colapso del sistema hospitalario nacional.

“A la luz de estos datos y recomendaciones, la decisión de esta noche fue razonable, responsable comprometida con la realidad”, señaló el mandatario. “Continuaremos tomando las medidas responsables necesarias para proteger la salud, la vida y la economía”.

Horas antes de tomarse la decisión, según reportó el Canal 12 israelí, un grupo de alcaldes ultraortodoxos a lo largo de Israel envió una carta a Netanyahu en la que le advirtieron que, de ir adelante con un confinamiento general, “los jaredíes no olvidarán esta injusticia que les habrás hecho”.

Los líderes locales también amenazaron con no cooperar con las autoridades del gobierno central en la implementación de los confinamientos generales, en caso de aprobarse.

En vista de la situación, Netanyahu decidió cancelar la sesión de votación de la propuesta del confinamiento general y se reunió con los líderes de los dos partidos ultraortodoxos de la Knéset, Aryeh Deri y Yaakov Litzman, para abordar una alternativa.

Netanyahu publicó incluso en sus redes sociales un mensaje en video en el que afirmó que el virus “no diferencia entre naciones y poblaciones”. Dijo que la clasificación de ciudades “rojas”, “no se hace para acosar y no es arbitraria… estos son resultados científicos de acuerdo con el número y la tasa de infecciones”.

“En este momento, eso es principalmente en comunidades ultraortodoxas y árabes”, dijo Netanyahu, expresando su “respeto” a los líderes de ambas comunidades que “me dijeron que imponga restricciones”.

“Haremos lo que sea necesario de manera responsable. No escuchen a los populistas”, instó el mandatario a las poblaciones de ambos sectores.

Además de las críticas que le llovieron desde la oposición a Netanyahu, estas también vinieron desde su gobierno por cambiar la propuesta inicial luego de la presión ultraortodoxa.

Un alto funcionario anónimo del Ministerio de Salud fue citado por el sitio de noticias Ynet diciendo que ni él ni Gamzu estaban “dispuestos a aceptar la preferencia de consideraciones políticas sobre consideraciones de salud”.

Según los reportes, el funcionario dijo que el liderazgo del país no debe “ceder a consideraciones políticas que conducirán a la renuncia de Gamzu”.

Gamzu, quien ha sido criticado repetidamente por los ultraortodoxos, dijo el domingo a un comité de la Knéset que se enfrentaba a “artillería organizada diseñada para desviar mi atención de las decisiones profesionales”. Dijo que “ninguna persona común podría soportar eso”, y se describió a sí mismo como un amigo de la comunidad jaredí.

“El coronavirus no es un problema político”, dijo el ministro de Comunicaciones, Yoaz Hendel, del pequeño partido de la coalición Derej Eretz. “El gobierno tomó la decisión de imponer cierres locales en áreas ‘rojas’, y eso es lo que se debe hacer”.

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